Problemas frecuentes durante la lactancia

Producir poca leche

En general, todas las madres producen la cantidad exacta de leche que necesitan sus bebés. Es excepcional que una madre no produzca suficiente leche para alimentar a su recién nacido. Cuando una madre nota que tiene poca leche, pueden suceder varias cosas:

  • La posición del bebé o el agarre no es correcto, por eso no vacía bien las mamas y éstas dejan de producir la cantidad de leche que necesita el bebé. En este caso suele haber dolor al mamar o grietas. Es importante que revise el apartado sobre la posición correcta, o contacte con alguien que le ayude a corregir la postura (pediatra, matrona, enfermería del centro de salud o algún grupo de apoyo a la lactancia materna).
  • Hay leche suficiente, pero parece que los pechos están “vacíos”: suele ocurrir tras los primeros meses de lactancia, cuando ya no se nota la subida de leche de forma tan brusca. Si el bebé está tranquilo, crece adecuadamente y moja 4-5 pañales diarios, es que está tomando la leche que necesita.

El niño o la niña aumentan poco de peso

La preocupación por el peso del bebé es muy frecuente entre las madres lactantes, pero en la mayoría de los casos todo está funcionando bien. Tenga en cuenta que:

  • La forma de evaluar el crecimiento de un bebé es a través de gráficas específicas; las más adecuadas para lactantes alimentados al pecho son las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), confeccionadas a partir de bebés que han recibido sólo leche materna los primeros meses de vida. Están disponibles en: http://www.who.int/childgrowth/en/
  • Es muy importante el aspecto general del niño o niña, la vivacidad, si moja 4-5 pañales diarios, etc.
  • Es más importante la ganancia progresiva adecuada de peso y talla, que el peso en un momento determinado. Las ganancias aproximadas durante el primer año de vida son:
    • 0-6 semanas: 20 g/día
    • menos de 4 meses: 100-200 g/semana
    • 4-6 meses: 80-150 g/semana
    • 6-12 meses: 40-80 g/semana
  • El crecimiento debe ser controlado por el servicio de pediatría en las revisiones. No es necesario pesar frecuentemente al bebé en la farmacia, dado que esto puede llevar a confusiones.
Peso edad niñas

Pero para la edad Niñas

Peso edad niños

Peso para la edad Niños

Pezón plano o invertido

La forma del pezón no suele representar un problema para la lactancia. La mayoría de los casos de pezones planos se solucionan cuando el bebé empieza a mamar, aunque hace falta un poco de ayuda los primeros días para que se agarre al pecho.

Para diferenciar un pezón invertido de uno que sólo está “aplanado”, se aprieta el mismo con los dedos índice y pulgar en dos puntos opuestos de la areola; si sale hacia fuera, no es un pezón invertido, solo aplanado (se resolverá poco a poco), pero por el contrario si se hunde más, es un pezón invertido “verdadero” y será más difícil conseguir que el bebé se coja bien, aunque no imposible.

Lo que habrá que cuidar al principio de la lactancia es lo siguiente:

  • Que el bebé abra mucho la boca para coger gran parte de areola, de manera que pueda ir sacando poco a poco el pezón.
  • Hay quienes aconsejan el uso de una pezonera, aunque hay riesgo de dificultades posteriores para que el bebé coja directamente el pecho.
  • A veces puede ser necesario recurrir al sacaleches para vaciar los pechos y después darle la leche al bebé.
  • En algunos casos la lactancia directamente al pecho no es posible. Consulte con un grupo de apoyo a la lactancia.
Pezón plano

Pezón plano

Pezón invertido

Pezón invertido

Rechazo del pecho

Cuando existe un rechazo de un pecho puede deberse a una mala postura o a una dificultad para agarrarse a ese pecho, o bien a que tenga algún dolor (otitis, fractura de clavícula,…) o, simplemente, a que prefiera un pecho y no el otro. A veces, después de una mastitis (inflamación de la mama), el bebé rechaza ese pecho. Una vez descartadas las enfermedades o corregida la postura, si persiste el problema, el bebé puede continuar alimentándose sólo con un pecho.

El rechazo de ambos pechos puede ocurrir porque el bebé esté enfermo, o bien debido a algún cambio que le ha molestado y que ha podido pasar desapercibido:

  • Menstruación, embarazo.
  • Cambio en el sabor de la leche: la madre ha ingerido alimentos o bebidas de sabor intenso, menta…
  • Distracción, ruidos.
  • Cambio de jabón o desodorante de la madre.
  • Tensión materna.
  • Trastorno en la rutina del bebé (cambio de domicilio, cuidador, etc.).
  • Reacción violenta de la madre a un mordisco.
  • Dejarle llorar repetidamente antes de ofrecerle el pecho.
  •  Una separación prolongada.

En cualquier caso, hay que tener un poco de paciencia. Una vez descartadas enfermedades, puede ser útil:

  • Asegurar un ambiente tranquilo durante las tomas, probando diferentes posiciones hasta encontrar una cómoda para ambos.
  • Mimarle, estar junto al bebé, tranquilizarle antes de la toma, untar de leche el pezón para animarle a agarrarlo.
  • Extraerse leche y ofrecérsela con vaso o cuchara (los biberones y tetinas pueden empeorar la situación).
  • No intentar rendir al bebé de hambre.
  • Si la causa fue un mordisco, intentar evitar asustarle, si vuelve a repetirse.
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