Delta de la Alimentación

Pirámide de la Alimentación Saludable. Proyecto Delta

En Canarias se presentó, en el año 1998, la pirámide “Delta de la Alimentación”, en la que se introdujeron variantes conceptuales que han marcado la tendencia de las propuestas posteriores, como la utilización del código de color del semáforo o la clasificación de los alimentos según la frecuencia de consumo recomendada. El Delta de la Alimentación sirvió de base en el año 2005 para elaborar el denominado “Proyecto Delta” , que se define como un conjunto de propuestas, actividades y materiales didácticos orientados a la promoción de la alimentación saludable y de la actividad física, en un contexto más amplio de educación para la salud.

En el DELTA, los alimentos que se encuentran en la franja verde, en la base de la pirámide, son los alimentos básicos, de consumo diario. Los ubicados en la franja amarilla o ámbar, en la zona intermedia de la pirámide son los alimentos complementarios o de consumo semanal. Por último, los que se encuentran en la franja roja, son los alimentos superfluos y por lo tanto de consumo ocasional.

Por último, la pirámide DELTA incorpora personajes integrados en el pictograma que reflejan situaciones saludables, que confieren mayor amplitud al mensaje educativo.

A modo de recomendación saludable, cuando se quiere elegir los alimentos utilizando cualquier pirámide de la alimentación, con el fin de saber qué se debe consumir y con qué frecuencia, se tendrá presente que:

En la base de la pirámide están los alimentos que se deben consumir a diario: papas, cereales y sus derivados, verduras, hortalizas, frutas, leche y sus derivados, y aceite de oliva.
En el intermedio de la pirámide están los alimentos que deben consumirse alternativamente varias veces a la semana: legumbres, frutos secos, pescados, huevos y carnes magras.
En el vértice de la pirámide están los alimentos que sólo se deben consumir de forma ocasional: carnes grasas, pastelería, bollería, azúcares y bebidas refrescantes.

Como se puede observar la pirámide no excluye a las grasas y dulces, tan apetecibles en la infancia, pero si es importante que el consumo de éstos productos sea en pequeñas cantidades y de manera ocasional. En la alimentación durante este periodo de la vida, los refrescos, bebidas con sabor a fruta, dulces, galletas y papas chips, deben consumirse sólo de vez en cuando y siempre en cantidades reducidas.

También es muy importante consumir una cantidad suficiente de agua cada día para el correcto funcionamiento de los procesos metabólicos. La cantidad de agua que se ingiere al día en total son alrededor de 3 litros, de los que la mitad aproximadamente, se obtiene de los alimentos y el resto (1,5 litros) se debe aportar a través del consumo de agua. En situaciones de estrés del organismo, como presencia de fiebre, pérdidas anormales de líquido (vómitos y diarreas), práctica de ejercicio físico y sobrecarga de solutos en la alimentación (papillas y purés muy concentrados y espesos), es necesario incrementar la ingesta de agua.

Partiendo del postulado que dice: “Los niños tienen derecho de ser educados desde la primera infancia sobre los principios de la nutrición, los alimentos, las formas culinarias y sobre el impacto que sus preferencias alimentarias tienen en su propia salud y en el medio ambiente”, es importante disponer de una adecuada información que permita una buena elección de los alimentos.

La dieta equilibrada debe ir acompañada de la práctica regular de actividad física moderada, al menos 60 minutos al día.

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