Características de la dieta mediterránea

La dieta mediterránea es una opción de alimentación saludable, por la variedad y consumo de productos de origen vegetal, su riqueza vitamínica, el aporte de cereales y de aceite de oliva virgen.

Los siguientes aspectos de la dieta, marcan las características de la misma.

  • frutas
  • verduras y hortalizas
  • cereales, especialmente pan, gofio
  • legumbres
  • aceite de oliva como fuente de grasa principal
  • pescado

  • carnes y derivados cárnicos

  • productos lácteos. Preferiblemente descremado, semidescremado, leche fermentada

El valor más importante de la dieta mediterránea es el aceite de oliva, rico en ácido oléico y otros componentes. Tienen un efecto beneficioso sobre la salud, evitando el desarrollo de enfermedad coronaria, control del colesterol y en la prevención de algunos tipos de cáncer, además de ser un potente antioxidante, entre otros beneficios. Se recomienda su uso como grasa principal para aliños y frituras.

Otra característica de mucha importancia de esta dieta es el consumo de cereales. Se ha comprobado su efecto beneficioso sobre la salud al reducir el riesgo de cardiopatía isquémica y de algunos tipos de cáncer. Se recomienda el consumo diario de pan, pasta, papas, arroz y otros alimentos fabricados preferentemente con cereales integrales.

Las legumbres, frutas y hortalizas, alimentos ricos en hidratos de carbono complejos y fibra, se han mostrado eficaces como protectores de la salud. Se recomienda el consumo de alimentos vegetales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos. La utilización de la fruta fresca como postre habitual es la elección más saludable, esporádicamente puede acompañarse con algún dulce.

El consumo de pescado se asocia a disminución de la mortalidad por enfermedad coronaria. Se recomienda mayor consumo de pescado que de carne, eligiendo los pescados llamados azules, por su tipo de grasa (ácidos grasos omega 3), con un alto efecto protector del corazón. La ingesta de carne roja debe hacerse con moderación, como parte de otros platos o acompañando el bocadillo.

El consumo de lácteos es importante para el crecimiento y desarrollo en esta etapa de la vida. Por ello se recomienda su consumo diario, en forma de leche, queso, yogur, etc., eligiendo aquellos con contenido bajos en grasa. Las leches fermentadas son recomendables, puesto que mejoran el equilibrio de la microflora intestinal.

El agua es la bebida de elección y debe ser consumida frecuentemente a lo largo del día. Durante la infancia y adolescencia la recomendación de vino, tal como la propone la dieta mediterránea, está desaconsejada.

Se aconseja el empleo de alimentos frescos y de temporada propios de la zona. Además, deben estar poco procesados.

Los guisos y cocciones deben ser sencillos: plancha, horno, vapor, papillote (envuelto en papel para horno), etc. El uso de hierbas aromáticas y especias, aportan sabor y enriquecen los platos.

La alimentación saludable es muy importante para conservar la salud y evitar enfermar. La realización de algún tipo de actividad física de forma regular, es imprescindible y complementaria a una buena alimentación, ya que refuerza la salud activando y controlando el sistema cardiovascular, óseo, entre otros.

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