En la década de los años 1950-1960 el término de “dieta mediterránea” fue concebido y propuesto por Ancel y Margaret Keys. Posteriormente, con la realización de un estudio poblacional internacional en el que participaron siete países, para tratar de relacionar la dieta de la población con la enfermedad coronaria, se puso de manifiesto las diferencias existentes entre ellos sobre la incidencia de la enfermedad coronaria y su relación con la alimentación. Este estudio es conocido con el nombre “estudio de los siete países”. Además, estableció las bases de posteriores estudios en los que se investigó la posibilidad de que una dieta adecuada disminuyera los niveles de colesterol en sangre, además de poner de relieve la existencia de factores de riesgo cardiovascular, que hasta aquel momento no se consideraban.
En el año 1975 se empezó a utilizar el término “dieta mediterránea” para referirse a la dieta de algunas zonas de los países de la cuenca mediterránea, caracterizada por un bajo consumo de carne y grasas animales, siendo rica en cereales y aceite de oliva.
En los años posteriores, con motivo del importante desarrollo económico y cultural, los hábitos alimentarios han ido cambiando, por lo que el término de dieta mediterránea actualmente no se refiere a la dieta que consumen los habitantes de los países del mediterráneo, sino más bien a las características específicas de una determinada dieta.