Los lácteos son la fuente principal de calcio en nuestra alimentación. Incluyen la leche y sus derivados (yogur, queso, cuajada, etc.).
Una ración de leche o de lácteos es la cantidad de alimento que contiene igual aporte de calcio, aunque no de calorías, grasas o proteínas. Así, una ración de queso fresco aporta 80-100 g de calcio y 60 g de proteínas.
Es preferible tomar leche y derivados con bajo contenido en grasa.
Los quesos, cuanto más frescos están, menor contenido graso tienen. Por el contrario, cuanto más curado es el queso, menor será la cantidad de agua que posee y mayor su contenido en grasa y calorías.